jueves, 28 de febrero de 2013

Princesita

Ella sabe de falsas promesas, de engaño y llanto sin amparo. De marcas, bebidas y salidas a lugares caros. Los dos lados de la vida y saber sufrir riendo, ella tuvo que aprender a ser mujer antes de tiempo. Ella vive ardiendo pero de frialdad se viste, tiene la fuerza de cientos y la mirada de una niña triste. Ella resiste, se controla, acompañándose a si misma, eso abisma el prisma de una isla sola. Sola tuvo que aprenderlo todo, buscar salidas y ganarse la vida a su modo. Se aprendió el todo o nada y a luchar codo con codo, fingió no ser brillante como un diamante enterrado en el lodo. Sabe de apodos y de modas al detalle, calcular profundo y manejar asuntos en la calle. Sabe hacer que quien la conozca nuca olvide su nombre y conoce mil secretos para enloquecer a un hombre. 
Nadie sabe de donde, cuando y cuanto puede florecer su amor. De indiferencia hizo su escudo protector, se comporta según la situación y el contexto, porque porta mascaras y siempre avanza tras un plan maestro. Lo cierto es que nadie sabe cuantas lagrimas derrama. Nadie sabe cuan tierna y dulce puede ser cuando ama, ninguno en el teatro de su vida aprendió la trama, miran solo para ver el horizonte de su cama.
Princesita de un reino de acusaciones y cerrojos, donde lo esencial es invisible a los ojos. Todos cuentan su historia y nadie sabe, las miradas no rompen las barreras del maquillaje, la flor que en el jardín con veneno están regando. Su diario solo guarda páginas en blanco, su apariencia y su interior no compaginan. Ella se conoce, la sociedad se la imagina...
Ella tiene un corazón y de pasión un mar, una parte del alma vacía y la otra parte de mucho para dar. Una forma propia de besar, mal humor a veces, con un lugar para el dolor y un mundo al que no pertenece. Ella parece ser feliz hasta que se estrella con la realidad, y se da cuenta que solo se tiene a ella, su amor ahogado, soledad y juventud que navega en sueños con diferente latitud. Su actitud sufre la esclavitud de la hostilidad, su verdad guarda en un ataúd la sensibilidad.

Es una flor sin jardinero, pero con fragilidad, oculta tras espinas para retirar la debilidad con facilidad. Siempre entrega mas y se siente bien haciendo sentir bien a los demás. Vive buscando paz y mucho más ahora que su vida cambia poco a poco, gracias a un loco romance a escondidas que se anida en espacios de tiempos rectos. El tiene su historia, ella lo acepta y dice ''ok te compre con defectos'' pasan momentos entre abrazos y besos, hacen temblar las paredes, suelen entregarse a algo mas que el sexo, es un nexo que a oscuras fulgura y se acaba rápido. Dice que todo es mágico hasta que él se va y ahí esta enterrando mas amor... avanza la niña mujer que aprendió de todo menos perder la esperanza.

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